Podemos distinguir 3 situaciones que se pueden dar en la actividad de una organización del sector alimentario y que nos condicionarán los requisitos que debemos cumplir para poder obtener o mantener nuestra certificación bajo la norma IFS Food en su nueva versión:
- Proceso parcialmente subcontratado: una fase o parte de un proceso de nuestra producción es realizada por un tercero en nuestro nombre. Como puede ser, por ejemplo, el envasado primario, el etiquetado.
- Producto totalmente subcontratado: es un producto fabricado, envasado y etiquetado bajo nuestra marca o una marca de cliente, por una compañía diferente, un tercero.
- Producto comercializado: es un producto fabricado, envasado y etiquetado por y bajo el nombre de una compañía diferente a la nuestra.
PRIMER CASO
En el primer caso, cuando tenemos parte de nuestro proceso subcontratado, tenemos la obligación de garantizar que, durante estas fases de producción llevadas a cabo por un proveedor, no se compromete la seguridad alimentaria y la calidad de nuestro producto (tanto si es marca propia como si es marca de nuestro cliente).En mi evaluación de riesgos tendré controlados estos procesos subcontratados (requisito establecido en la Doctrina IFS Food, agosto 2020).
Durante el proceso de evaluación, el auditor comprobará que realmente tenemos controlada esta parte subcontratada.
Con tal fin, cuando subcontratemos parcialmente el procesado de un producto alimentario, deberemos documentar de qué forma vamos a controlar a estos proveedores. Dispondremos de un contrato con ellos en el que se describan los requisitos de las actividades subcontratadas así como los métodos de control (muestreo, análisis, auditorías,…).
En caso de producto con marca de cliente, no deberemos olvidar que la subcontratación de parte del procesado de este producto deberá ser conocida y aceptada por nuestro cliente.
SEGUNDO Y TERCER CASO
En el segundo y tercer caso, estos productos NO podremos incluirlos en el alcance de nuestra certificación de IFS Food v.7. Sin embargo, sí lo indicaremos en el certificado y en el perfil de la compañía del informe de evaluación. Para ello usaremos la frase: “La compañía tiene actividades propias de bróker que están/no están certificadas IFS Broker/otra norma reconocida por GFSI basada en la norma ISO/IEC 17065:2012.”
Esto último es una de las novedades introducidas en la versión 7 de IFS Food.
Por ejemplo, es un proveedor el que fabrica un producto desde el principio hasta el final del proceso (incluyendo el etiquetado), con nuestra marca o la marca de nuestro cliente. Estaríamos frente a un producto totalmente subcontratado y, por tanto, no lo cubre el alcance del estándar IFS Food. Pero, sí que podríamos certificarnos bajo la norma IFS Broker.
Lo mismo ocurriría en caso de un producto totalmente fabricado por un proveedor y cuya marca es de un tercero. Si nuestra empresa se limita a comercializarlo, este producto entraría dentro del alcance del estándar IFS Broker.
¿QUÉ VENTAJAS NOS OFRECE LA CERTIFICACIÓN IFS BROKER?
Una ventaja que nos ofrece IFS y que podemos aprovechar si nuestra compañía realiza alguna actividad de procesado y/o envasado de productos alimenticios, certificada bajo IFS Food y, también disponemos de productos totalmente subcontratados o totalmente comercializados, es la posibilidad que tenemos de realizar una Evaluación Combinada de IFS Food+IFS Broker, con el consiguiente ahorro en tiempo de evaluación y coste económico, obteniendo 2 informes y 2 certificados.
Implementando la norma IFS Broker, aseguramos nuestra imagen de bróker como agente responsable en relación con la calidad y la seguridad alimentaria, lo que facilita las relaciones entre empresas y mejora la confianza entre diferentes eslabones de la cadena alimentaria, asegurando una mayor facilidad para la comparación y la transparencia.
- Mejora en la comunicación dentro de la organización.
- Vigilancia en el cumplimiento de la normativa del sector.
- Mayor efectividad en el uso de recursos.
- Facilita el control de todas las etapas de la cadena de suministro.
- Reducción de la necesidad de auditorías o inspecciones por parte de los clientes.
- Auditorías independientes de tercera parte. Acceso a clientes que las incluyen como requisito.
- Posibilidad de reducir el tiempo y costes de auditoría mediante la combinación de varias auditorías.