Este 2020 sin duda ha puesto de manifiesto un nuevo paradigma para el sector agroalimentario: la necesidad de gestionar la producción del Sector Alimentario de manera diferente.
“La crisis del coronavirus ha revelado nuestra vulnerabilidad y la importancia de restablecer el equilibrio entre la actividad humana y la naturaleza”. Esto nos comentaba Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea.
La producción segura tiene que seguir evolucionando, pero no puede hacerlo sola. Necesita estar alineada con una producción más responsable.
Y esa producción más responsable está poniendo el foco no sólo en qué se produce y en la prevención de enfermedades derivadas del consumo de alimentos (Véase FDA Nueva Era de Inocuidad Alimentaria Más Inteligente) sino también en el cómo se produce y la repercusión que tiene en el contexto con el que interactúa y del que a su vez forma parte.
Por lo tanto, tenemos por delante la necesidad de garantizar la inocuidad alimentaria. Al mismo tiempo, somos más conscientes del impacto lo de lo que hacemos sobre las personas, el entorno y, en definitiva, sobre el planeta en el que vivimos.
Un nuevo paradigma en el sector alimentario
Este cambio de paradigma es absolutamente fascinante, por muchos motivos, pero en especial porque cuando hablamos del cómo se hacen las cosas, entra el factor humano.
Y las personas, “cada una de un padre y de una madre”, nos movemos por creencias, actitudes, valores, expectativas….
De ahí la importancia de la información/ formación desde el consumidor al resto de la cadena alimentaria. Así mismo, de la promoción en las empresas de una Cultura firme en materia de Seguridad Alimentaria y Sostenibilidad.
La mejora continua de todo “lo que llevamos entre manos” hace necesario contar con un plan de evaluación integral (véase Food Integrity Plan) y controlar la información generada tanto de manera eficaz como eficiente.
Es por ello, que la digitalización pasa a primer plano como herramienta para contribuir a un mejor control del sistema.
Pero no basta con controlar, necesitamos que la dirección entienda que la seguridad alimentaria y la sostenibilidad forman parte de su estrategia y trabajar con indicadores de control clave (KPI) y cuadro de mandos integral.
¡No me digáis que no es fascinante!
Nosotros podemos y debemos seros de ayuda para conseguir sistemas de control integrados efectivos y sostenibles en el tiempo. Ya estamos con ello ¿y tú?