Según el informe “El medio ambiente europeo: estado y perspectivas 2020” elaborado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), Europa, pionera de la industrialización, ha desempeñado un papel fundamental en la configuración de estos cambios globales. Hoy en día, sigue consumiendo más recursos y contribuye más a la degradación del medio ambiente que muchas otras regiones del planeta.
Para satisfacer estos altos niveles de consumo, Europa depende de los recursos extraídos o utilizados en otras partes del mundo. Por ejemplo el agua, la tierra, la biomasa y otros materiales. Como consecuencia, muchos de los impactos ambientales asociados a la producción y el consumo europeos se producen fuera del continente.
El informe señala que Europa ya ha logrado un progreso significativo. En términos de mitigación del cambio climático, se han ido reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero en las últimas dos décadas.
Las señales de progreso también son evidentes en otras áreas. Así como la contaminación del aire y el agua, la introducción de nuevas políticas para abordar los residuos plásticos, reforzar la adaptación al cambio climático, la economía circular y bioeconómica.
Sistemas de gestión ambiental
Estos sistemas implementados en las industrias agroalimentarias sirven para fomentar una economía más circular, debido a que, entre otros aspectos:
- Obliga a establecer unos indicadores de comportamiento ambiental para analizar y medir el uso eficiente de los recursos.
- Asegura el cumplimiento legal y se anticipa a la aprobación de nuevos requisitos ambientales. Contribuyendo a minimizar riesgos y a identificar nuevas oportunidades de negocio en las empresas.
- Conlleva una formación y cualificación del personal de la organización. Deben implementar estos nuevos procedimientos del sistema de gestión ambiental en el desarrollo de sus trabajos. Requiere de la implicación de los empleados, haciéndoles conscientes de la importancia de su participación en el sistema de gestión. Este último aspecto es un enfoque propio del Reglamento EMAS desde sus inicios.
- Supone un motor para la innovación. Al promover la mejora continua, la organización que lo ha adoptado tiene que investigar nuevos objetivos. Así como reducción de consumos, cambios en los procesos y búsqueda de materiales menos contaminantes, como la utilización de subproductos.
Certificaciones
Algunas de las certificaciones voluntarias enfocadas hacia un incremento de la producción sostenible en el sector agroalimentario son:
Reglamento europeo EMAS
Sus siglas corresponden a “Eco-Management and Audit Scheme”. Es el Reglamento Comunitario de Eco-gestión y Eco-auditoría (Reglamento (CE) n.º 1221/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, de 25 de noviembre de 2009). Herramienta que reconoce a aquellas organizaciones que han implantado un sistema de gestión ambiental y han adquirido un compromiso de mejora continua. Y verificado mediante auditorías independientes. Las organizaciones reconocidas con el EMAS tienen una política ambiental definida, hacen uso de un sistema de gestión medioambiental. Además dan cuenta periódicamente del funcionamiento de dicho sistema a través de una “Declaración Ambiental” verificada por organismos independientes. Este documento, supone un ejercicio de transparencia reconocido por todas las partes interesadas, incluidas las administraciones públicas. Refleja el esfuerzo y responsabilidad realizados por la organización para implantar un sistema de gestión ambiental y cumplir sus requisitos.
UNE-EN ISO 14001:2015
Certifica sistemas de gestión ambiental. Las empresas españolas son las terceras del mundo y primeras de Europa, con más de 28.000 centros de trabajo certificados conforme a ISO 14001. En el mundo hay 307.059 organizaciones certificadas conforme a la norma de gestión ambiental (según nota de prensa de AENOR, de 24/09/2019). Este certificado ayuda a prevenir los impactos ambientales, utilizando los medios necesarios para evitarlos, reducirlos o controlarlos. En esta versión de la norma, se incluyó el enfoque de ciclo de vida. El análisis del ciclo de vida se presenta como una herramienta de la economía circular. Con la que se miden los posibles impactos ambientales que se generan en el ciclo de vida de un producto o servicio. Desde su diseño, obtención de materias primas, fabricación, hasta su distribución, uso, reciclaje y fin de vida.
ISO 14006:2020
Certifica un sistema de gestión del ecodiseño. Este sistema de gestión ambiental del proceso de diseño y desarrollo corrobora que la organización ha implantado correctamente unos procedimientos. Éstos ayudan a identificar, controlar e integrar la mejora continua de los aspectos ambientales de sus productos. Además, reconoce que la organización facilita información a sus clientes, consumidores y otros interlocutores. La información es sobre sus productos y mejoras ambientales que ha incorporado en las diferentes etapas de su ciclo de vida a través del diseño.
El ecodiseño es una parte esencial para la economía circular. Ayuda a las empresas a seleccionar mejor las materias primas, optimizar el proceso de fabricación, generar soluciones aplicables a la distribución o logística, se optimizan los recursos (electricidad, agua…), se crea un diseño sostenible, duradero y reutilizable y eso alarga la vida útil del producto lo máximo posible.
ISO 14040:2006/Amd 1:2020
La norma ISO 14040 sobre análisis de ciclo de vida de productos complementa la norma ISO 14006. El objetivo principal de la economía circular es acabar con la obsolescencia programada y con aquellos productos y envases de usar y tirar. Para apostar por productos más longevos y reutilizables, que no sean tirados al contenedor ni se generen residuos de forma continua e inconsciente en el medio ambiente.
ISO 50001:2018
Gestión de la Energía. Este certificado ayuda a gestionar y reducir el consumo de energía en las empresas, con la influencia positiva que supone en reducción de costes financieros asociados y de emisiones de gases de efecto invernadero. Una vez identificadas las actividades que consumen más energía, las organizaciones activan un plan de medidas para minimizar los consumos energéticos de sus propias instalaciones y sistemas de forma integrada, maximizando al mismo tiempo la eficiencia energética de las mismas. Ello contribuye a un uso de la energía eficiente y más sostenible. Esta información derivada del análisis y evaluación del sistema está totalmente relacionada y enfocada hacia la mejora continua.
UNE-EN ISO 9001:2015
La ISO 9001 certifica un sistema de gestión de la calidad, el cual permite implementar una estrategia vinculada con la economía circular. Es fácilmente integrable con otras normas ISO, con la consiguiente disminución de costes y tiempo necesario para su implementación y el aporte de los beneficios ligados a las certificaciones alcanzadas.
ISO 14067:2018
Gases de efecto invernadero – Huella de carbono de los productos. Con esta norma internacional se pretende poder cuantificar la huella de carbono de los productos. A través de esta norma se proporciona una comprensión más profunda del impacto que genera el producto. Por consiguiente, se pueden tomar las medidas oportunas para reducirlo. Esta norma no es certificable, aunque sí verificable por cualquier empresa acreditada. De esta manera, las empresas que la implementen demuestran que su compromiso frente a las emisiones de gases de efecto invernadero es coherente y transparente. Además, medir la huella de carbono es una forma de contribuir al logro de los objetivos de acción contra el cambio climático (según considera la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático).