Todos los que trabajamos por o en industria alimentaria coincidimos en una cosa: la cantidad de información que generamos diariamente.
Trabajamos en la generación de cientos de registros, que archivamos, pero en muchos casos no vamos más allá limitando el análisis, control de datos y la mejora del sistema.
Pero en el momento en el que trabajamos en sistemas centrados en la mejora continua, cada dato cuenta y debemos de ser capaces de conocer cuáles son los indicadores clave de control (KPI) y analizarnos de manera continua. Solo así, podremos trazar planes de acción efectivos que nos permitan avanzar.
Pero, ¿y cómo lo hago si estoy solo? Es la pregunta del responsable de calidad, en muchas ocasiones. Pues bien, primero teniendo claro qué tenemos que controlar y cómo, segundo utilizando herramientas de digitalización, tercero apoyándote en expertos que te ayuden a un mejor control del sistema y a garantizar la imparcialidad de la evaluación. Las tres cosas son importantes, las tres forman parte de tu plan de evaluación continua.
No es una cuestión de tamaño de empresa, es una cuestión de estrategia de negocio y optimización de recursos (producción eficiente), por lo que todos sin excepción debemos de prever la digitalización del sistema de evaluación y la integración del sistema de seguridad alimentaria junto con el plan de acción de sostenibilidad.
¿Cómo lo hacemos? El modelo Food Integrity Plan es la clave, y os explico por qué: porque parte de la integración de la producción segura, con la producción responsable y la producción eficiente. Y lo hacemos a través del conocimiento de la normativa, conocimiento de los sistemas y un plan de evaluación continua.